¿Solo o sólo? ¿La Real Academia Española o la Academia Mexicana de la Lengua?

 

La Real Academia Española (RAE) ha propuesto que el acento diacrítico que ponemos en sólo cuando significa únicamente, para distinguirlo del solo que quiere decir no acompañado, se suprima. Y que lo mismo se haga en los demostrativos sustantivos. El argumento básico es que el contexto es suficiente para entender el significado de estas palabras, diferente según sea su función gramatical.

La Academia Mexicana de la Lengua (AML) se opone a esta modificación, pues considera que los casos de posible confusión son abundantes y que debe protegerse la claridad de lo que se escribe ante todos los hablantes de la lengua, aun aquellos que tienen una menor preparación gramatical.

Justa presenta aquí los documentos que han intercambiado las dos academias, y que se han hecho llegar a todas las demás academias del español.

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Respuesta a la consulta enviada por el equipo de “Español al día”, de la RAE

En torno a la modificación de la regla ortográfica sobre el uso del acento diacrítico en el sólo adverbial y en los demostrativos sustantivos

La propuesta del equipo de “Español al día”, coordinado por el académico don Salvador Gutiérrez Ordóñez, para la nueva edición de la Ortografía, remitida por la RAE, aduce los siguientes seis puntos, para la supresión definitiva de la tilde diacrítica en el solo adverbial y los pronombres demostrativos:

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I. Uso del diacrítico para la distinción entre homógrafos tónicos y átonos

El documento remitido por la RAE señala:

La tilde diacrítica tiene como función en el sistema acentual del español distinguir entre homógrafos tónicos y átonos [En éste y en los casos siguientes, el subrayado es de la Comisión de Consultas]. Así, se escriben con tilde diacrítica ciertas palabras tónicas que coinciden en su forma con palabras átonas de distinto significado y categoría gramatical (, forma del verbo dar, frente a de, preposición; él, pronombre personal, frente a el, artículo, etc.). La oposición tonicidad/atonicidad es, pues, un requisito básico para la aplicación de la tilde diacrítica. Esa oposición no se produce en el caso de solo y los demostrativos, ya que estas palabras son categorialmente tónicas en todas sus funciones (como adjetivos determinativos o como pronombres, en el caso de los demostrativos; como adverbio o adjetivo, en el caso de solo).

Consideraciones de la Comisión de Consultas de la AML:

1. Referencias bibliográficas:

Al respecto, la Ortografía de la lengua española, en su edición de 1999 señala:

La tilde diacrítica es aquella que permite distinguir, por lo general, palabras pertenecientes a diferentes categorías gramaticales, que tienen, sin embargo, idéntica forma.

Por su parte, el Diccionario panhispánico de dudas apunta:

Se llama tilde diacrítica al acento gráfico que permite distinguir palabras con idéntica forma, pero que pertenecen a categorías gramaticales diferentes. En general, llevan tilde diacrítica las formas tónicas (las que se pronuncian con acento prosódico o de intensidad) y no la llevan las formas átonas (las que carecen de acento prosódico o de intensidad dentro de la cadena hablada).

2. Como se observa, el primer elemento señalado en ambos textos para el uso de la tilde diacrítica es que las palabras con idéntica forma pertenezcan a categorías gramaticales diferentes.

2.1. Los demostrativos han sido clasificados en las gramáticas del español como pronombres, debido a que históricamente están emparentados con los pronombres personales y constituyen un paradigma cerrado como éstos. De acuerdo con su funcionamiento y sus propiedades combinatorias, los demostrativos pueden ejercer las funciones propias del sustantivo o del adjetivo. Por lo tanto, sintácticamente, pertenecen a categorías gramaticales distintas.

Los demostrativos adjetivos son dependientes del núcleo al que preceden y, por su funcionamiento, delinean el sintagma nominal al identificarlo y situarlo dentro del contexto de la enunciación: esta casa; este libro; aquel niño.

Los demostrativos sustantivos son por sí solos el núcleo del sintagma nominal, pues no necesitan apoyarse en un elemento adyacente. Por su funcionamiento, identifican y ubican una determinada entidad en el contexto: éste es mi padre; quiero ésta; he visto a aquél.

2.2. En cuanto a la palabra solo, ésta puede ser un adjetivo o un adverbio.

2.3. Se trata de dos categorías gramaticales, como se puede consultar en el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, publicado por la Real Academia Española (1973/1999:§1.8.3.):

Determinados monosílabos, prosódicamente acentuados, los escribimos con tilde para diferenciarlos de homófonos suyos, también prosódicamente acentuados, que pertenecen a otra categoría o subcategoría gramatical. Así, los demostrativos sustantivos éste, ése, aquél, y sus femeninos y plurales, suelen escribirse con tilde, frente a los demostrativos adjetivos este (libro), esa (mujer), etc. Las formas neutras de estos pronombres, que tienen exclusivamente categoría de pronombres sustantivos, se escriben siempre sin tilde. Igualmente se suele escribir con tilde el adverbio sólo (= solamente), frente al adjetivo solo”.43

[43 El uso de la tilde es potestativo en los dos casos (éste, ése, etc., y sólo). Es lícito prescindir de ella cuando no existe riesgo de anfibología (regla 16.ª y 18.ª de las Nuevas normas de prosodia y ortografía, que entraron en vigor el 1.º de enero de 1959).]

De acuerdo con lo expuesto, la primera condición señalada por la bibliografía de ‘diferencia categorial’ para el uso de la tilde diacrítica se cumple, tanto en el caso de los demostrativos, como en el sólo adverbial.

La primera consideración de la RAE: “La tilde diacrítica tiene como función en el sistema acentual del español distinguir entre homógrafos tónicos y átonos”, es el segundo elemento a considerar, no el primero.

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II. Oposición tonicidad/atonicidad para la aplicación del diacrítico

El documento remitido por la RAE indica:

Así, se escriben con tilde diacrítica ciertas palabras tónicas que coinciden en su forma con palabras átonas de distinto significado y categoría gramatical (, forma del verbo dar, frente a de, preposición; él, pronombre personal, frente a el, artículo, etc.). La oposición tonicidad/atonicidad es, pues, requisito básico para la aplicación de la tilde diacrítica.

Consideraciones de la Comisión de Consultas de la AML:

1. La oposición tonicidad/atonicidad no se considera el criterio básico para el uso de la tilde. Ninguno de los dos textos de referencia citados arriba la consideran así. Por otro lado, hay casos excepcionales de homógrafos en los que tal oposición no es determinante para el uso o ausencia de la tilde diacrítica:

El Diccionario panhispánico de dudas expone las siguientes consideraciones:

“Hay algunas excepciones, como es el caso de los nombres de las letras te y de y los de las notas musicales mi y si, que, siendo palabras tónicas, no llevan tilde (al igual que las respectivas formas átonas: la preposición de, el pronombre personal te, el adjetivo posesivo mi y la conjunción si); o la palabra más, que aunque tiende a pronunciarse átona cuando se usa con valor de adición o suma (dos más dos son cuatro) se escribe con tilde.”

aún/aun. Este adverbio oscila en su pronunciación entre el hiato [a – ún] y el diptongo [aun], dependiendo de diferentes factores: su valor semántico, su situación dentro del enunciado, la mayor o menor rapidez o énfasis con que se emita, el origen geográfico del hablante, etc. Dado que no es posible establecer una correspondencia unívoca entre los usos de esta palabra y sus formas monosílaba (con diptongo) o bisílaba (con hiato), es preferible considerarla un caso más de tilde diacrítica.

1.1. Según se observa, las formas tónicas te y de (nombres de letra), así como mi y si (notas musicales) no llevan tilde, aún cuando existen las respectivas formas átonas. Como es sabido, el uso de tilde se ha reservado a las formas tónicas correspondientes a (‘planta o infusión’); (del verbo dar); (pronombre personal); (adverbio de afirmación).

1.2. Del mismo modo, la palabra más se escribe con tilde, cuando tiene valor de adición, aun cuando su pronunciación sea átona. El uso de la tilde en el adverbio aún, con valor de todavía, no se justifica ni por la categoría gramatical, ni por la oposición tónico/átono con el homófono también adverbial aun, sino por la oposición de significado.

1.3. Prosódicamente, los demostrativos sustantivos tienen un carácter tónico más elevado que los dependientes de un núcleo nominal. Esta diferenciación se advierte también en el sólo adverbial, frente al solo adjetival.

En conclusión: a) La tilde de los pronombres demostrativos podría considerarse un caso más dentro de las excepciones, aun cuando su carácter sea tónico y seguir justificándose en términos de categoría gramatical. b) Prosódicamente, tanto los demostrativos sustantivos, como el sólo adverbial tienen una tonicidad más enfática que los demostrativos adjetivos y el solo adjetivo.

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III. El contexto elimina la ambigüedad

El documento remitido por la RAE anota:

Se da, además, la circunstancia de que los enunciados en los que este riesgo de anfibología es real son escasos y bastante rebuscados. En la mayoría de las ocasiones se desambiguan sin problemas por el contexto o haciendo uso de diversos recursos, como la puntuación (en el ejemplo que se aducía en la Ortografía de 1959-74, la ambigüedad desaparece puntuando bien el enunciado: Los niños eligieron a su gusto: estos, pasteles; aquellos, bombones), el empleo de alternativas (solamente, únicamente, en el caso del solo adverbial) o simplemente utilizando el orden natural de los elementos de la oración en español (resulta antinatural y rebuscado el ejemplo de enunciado ambiguo de la OLE99: Dijo que ésta mañana vendrá –frente a Dijo que esta mañana vendrá– puesto que la manera natural de expresar el primer enunciado sería Dijo que esta vendrá mañana o Dijo que mañana vendrá esta).

Consideraciones de la Comisión de Consultas de la AML:

1. En efecto, en la mayoría de los casos, el contexto o la puntuación permiten eliminar la ambigüedad y las anfibologías, así como precisar el significado de buena parte de las palabras de la lengua. Sin embargo, bajo este argumento podrían omitirse los acentos también de los monosílabos y, prácticamente, de todas las palabras homófonas de la lengua española, pues el contexto permite a los hablantes distinguir el significado de, por ejemplo, el artículo y él pronombre personal; tu posesivo y pronombre personal: el hombre está corriendo, el está corriendo; tu casa es grande, tu eres grande.

2. En cuanto al orden natural de las lenguas, debe recordarse que los hablantes tienen la posibilidad de emplear distintas colocaciones de las palabras en la oración, según la intención comunicativa. De modo que, pese a considerar ciertos ejemplos antinaturales y rebuscados, lo cierto es que son una posibilidad de la lengua española.

3. Por otra parte, cabe recordar que a formas distintas les corresponden significados distintos. Si bien las formas sólo, solamente y únicamente pueden resultar equivalentes en ciertos contextos, la diferencia entre ellas puede encontrarse en la semántica, la pragmática, por mencionar algunos aspectos, y sus usos pueden estar determinados por factores estilísticos, sociales, dialectales, etcétera. El propio Diccionario de la lengua española proporciona las siguientes definiciones: solo2 o sólo. 1. adv. m. Únicamente, solamente; solamente. 1. adv. m. De un solo modo, en una sola cosa, o sin otra cosa; únicamente. 1. adv. m. Sola o precisamente.

Por lo tanto, si bien el contexto sirve en ocasiones para eliminar la ambigüedad no es un argumento sólido para eliminar el uso de diacríticos. De ser así, podrían eliminarse otros acentos diacríticos. Por otra parte, la variación en el orden de las palabras y el amplio inventario de posibilidades léxicas enriquecen la lengua y potencian su versatilidad expresiva.

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IV. Mantener el diacrítico es una cuestión de tradición e inercia

El documento remitido por la RAE apunta:

Así pues, la resistencia a prescindir de la tilde en el solo adverbial y en los pronombres demostrativos responde más a una cuestión de tradición e inercia que a una verdadera necesidad de los que escriben español.

Consideraciones de la Comisión de Consultas de la AML:

1. Conviene hacer patente, como se menciona en la Ortografía de la lengua española, que muchos son los críticos que acuden a las Academias «con mejor intención que acierto, pidiendo u ofreciendo radicales soluciones a los problemas ortográficos o cebándose con fáciles diatribas en el sistema establecido. Entre estas personas bienintencionadas ni siquiera han faltado académicos que hayan presentado propuestas simplificadoras en los congresos de la Asociación de Academias. A todos estos entusiastas, debería recordárseles que ya Nebrija, su más antiguo e ilustre predecesor, quien recuperó para nuestra lengua el principio de Quintiliano, según el cual se debe escribir como se pronuncia, no olvidó en ningún caso que el propio calagurritano había hecho una salvedad: nisi quod consuetudo obtinuerit, y advirtió que “en aquello que es como ley consentida por todos es cosa dura hacer novedad”».

2. Los juicios que regulan hoy el uso de la ortografía del español responden a diversos aspectos etimológicos, de pronunciación, de uso, entre otros, y han sido adoptados por consenso implícito entre los miembros de la comunidad hispanohablante, de modo que responden a una cuestión de tradición.

En conclusión, la tradición ha sido el criterio básico para la formulación y establecimiento de las reglas ortográficas.

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V. En las obras académicas se escriben sin tilde estas palabras

El documento remitido por la RAE anota:

Postular la opción contraria, la de tildar siempre de forma sistemática el solo adverbial y los pronombres demostrativos, resultaría una vuelta atrás difícil de justificar, ya que en las obras académicas se escriben sistemáticamente sin tilde estas palabras desde hace ya mucho tiempo.

Consideraciones de la Comisión de Consultas de la AML:

1. Es falsa la afirmación de que en las obras académicas se escriben sistemáticamente sin tilde estas palabras desde hace ya mucho tiempo. Muestra de la vigencia del uso de la tilde diacrítica en sólo y los demostrativos sustantivos son las ediciones conmemorativas del IV centenario de Don Quijote de la Mancha y del 40 aniversario de Cien años de soledad, ambas publicadas por la Asociación de Academias de la Lengua Española, en el 2004 y el 2007, respectivamente, en las que se encuentran, entre otros, los ejemplos siguientes:

Mario Vargas Llosa, en su texto “Una novela para el siglo xxi”, escribe: «de los caballeros andantes, que recorrían el mundo socorriendo a los débiles, desfaciendo tuertos y haciendo reinar una justicia para los seres del común que de otro modo éstos jamás alcanzarían» (pág. xiii).

Francisco Ayala, en “La invención del ‘Quijote’”, apunta: «No sólo don Quijote y Sancho, sino todas las grandes figuras producidas por la poesía –y, junto a ellas otras ficciones efímeras, fruto de artes menores–, gozan de semejante sustantividad» (pág. xxix).

Claudio Guillén, en “Algunas literariedades de Cien años de soledad”, anota: «La aventura tiene lugar ahora mismo, y llegado a ese punto el lector sólo conoce lo acontecido con anterioridad, que es un fragmento del conjunto por conocer» (pág. ci).

El uso de tilde diacrítica de los ejemplos citados no se justifica en términos de anfibología, sino de tradición ortográfica. Y son muestra de que no todas las obras de la RAE tienen como uso sistemático la supresión de ella.

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VI. Argumentos para la supresión de la tilde basados en autoridades

El documento remitido por la RAE sostiene:

Además, esta solución ha sido ya defendida y aplicada en su escritura por muchos autores y ortógrafos. A modo de ejemplo citaremos lo que a propósito de solo dice Manuel Seco en su Diccionario de dudas y dificultades de la lengua: «En realidad, la ambigüedad no tiene por qué presentarse nunca, porque el contexto la resuelve en cada caso de la misma manera que resuelve habitualmente las restantes ambigüedades posibles del habla. Por consiguiente, al ser potestativo el uso de la tilde en el adverbio solo, lo más recomendable es atenerse a la norma general de no ponerla». Y uno de los autores que más ha escrito sobre ortografía del español, Martínez de Sousa, también defiende la supresión definitiva como la solución más adecuada.

Consideraciones de la Comisión de Consultas de la AML:

1. El uso de tilde diacrítica en los pronombres demostrativos y la palabra solo no puede justificarse a partir de dos autoridades en el tema de ortografía, pues existen varios académicos, escritores, lingüistas, intelectuales destacados, etcétera, que mantienen su uso y que pueden considerarse igualmente acreditados.

2. En cuanto a la consideración de Manuel Seco en torno a que el contexto resuelve las ambigüedades, remitimos al apartado III (supra).

3. Consideramos que los argumentos para la conservación o supresión de la tilde diacrítica en los pronombres demostrativos y la palabra solo deben darse en torno al uso y funcionamiento de la lengua española.

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Otras consideraciones de la Comisión de Consultas de la AML:

Mantener las irregularidades en la lengua, en este caso la acentuación de los demostrativos sustantivos y el adverbio sólo da individualidad a la palabra. Asimismo, el control de irregularidades trae consigo prestigio lingüístico.

Desde un punto de vista didáctico, consideramos que el mantenimiento de la regla ortográfica del acento diacrítico en el adverbio sólo y en los pronombres demostrativos es una herramienta que, junto con las grafías, por ejemplo, permite entender que dos palabras pueden tener igual forma pero distinta función o significado. En este sentido, la tilde es una marca clara y un recurso para la enseñanza de la lengua y de las distintas funciones gramaticales.

La Academia Mexicana de la Lengua propone que para evitar la confusión histórica en el uso de la tilde diacrítica en el adverbio sólo y en los demostrativos sustantivos su empleo deje de ser potestativo y sea prescriptivo.

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Felipe Garrido, “¿Solo o sólo? ¿La Real Academia Española o la Academia Mexicana de la Lengua?”, en Justa, de lector a lector, número 7, noviembre de 2009, en http://www.justa.com.mx/?p=16841 y http://www.justa.com.mx/?p=16845

Es Iraq y no Irak

Se puede revisar la RAE, Ortografía de Lengua Española, Madrid, Espasa Calpe, 199, p. 124.

La postura de la Unión Europea es Iraq (http://publications.europa.eu/code/es/es-5000500.htm) También la de la ONU (http://www.un.org/es/members/)

El Panhispánico aclara y explica mejor:

“Iraq. La grafía culta del nombre del país árabe que se asienta sobre los territorios de la antigua Mesopotamia es Iraq. Esta grafía resulta de aplicar las normas de transcripción del alfabeto árabe al español, según las cuales la letra qāf en la que termina este topónimo en árabe se representa en español mediante la letra q. La grafía Iraq es la que usan filólogos y arabistas de la talla de Ramón Menéndez Pidal, Miguel Asín Palacios y Emilio García Gómez, entre otros. No obstante, y debido probablemente a la anomalía que supone para el sistema gráfico español el uso de la letra q en posición final, desde muy temprana fecha se documenta también en español, y es válida, la grafía Irak. El gentilicio es, para ambas formas, iraquí y su plural, en la lengua culta, es iraquíes (→ plural, 1c). No debe usarse la forma irakí para el gentilicio.” ( http://buscon.rae.es/dpdI/ )

 Y en el sentido al empate, entre ambas formas, lo abonan las declaraciones de la Fundación de Español Urgente: “Irak/Iraq Ambas formas son correctas. Iraq es la forma culta para el nombre de este país del suroeste de Asia. Sin embargo, el uso más extendido entre los hispanohablantes al escribir este nombre es Irak. El hecho de que se escriba con k final no implica que el gentilicio sea irakí. La forma correcta en español es iraquí.” (http://www.fundeu.es/esurgente/lenguaes/Principal.asp?opcion=terminos&letra=I&tipoDetalle=terminos&idDetalle=3534&ayuda=no&buscar=&terminobusqueda=#terminos_3534) El Libro de Estilo de El País va más allá: “Irak, no Iraq. Pero ‘iraquí’ (plural, iraquíes) para lo relativo o perteneciente a Irak.” (http://estudiantes.elpais.es/LibroEstilo/dic_ir.asp)

 Para mayor abundancia se pueden consultar:

“¿Cómo debemos escribir, Iraq o Irak?”, en http://www.elcastellano.org/iraq.html

Concepción Bados Ciria, “¿Irak o Iraq?”, en http://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/julio_03/02072003_02.htm

Bibliografía para el maestro de la materia de Español Reforma a la Educación Secundaria

Lo que se incluye a continuación es la un intento de hacer una Bibliografía, primero con los materiales recomendados por el programa de Español (disponible en líena aquí).

En sucesivas relaboraciones esta bibliografía crecerá un poco más y se completará con algunos materiales que son necesarios para un profesor de Español.

Bibliografía sugerida por el programa

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Beristáin, Helena, Gramática estructural de la lengua española, México, Limusa, 2004.

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Sobre escribir correspondencia I

Estrategias comunicativas para redactar correspondencia (comercial, administrativa).

Mensaje positivo

Mensaje Negativo

Mensaje persuasivo

Tipo

El mensaje beneficia al destinatario. Será bienvenido, agradecido.

Le perjudica. No es bienvenido ni agradecido. Habrá resistencia.

El destinatario no espera nada. El mensaje es potencialmente interesante.

Propósito

Transmitir una buena nueva.

Transmitir la mala noticia de manera neutra y hacer que se comprenda.

Convencer. Generar interés. Pasar a la acción.

Ejemplos

Patrocinios concedidos, premios ganados, invitaciones y quejas aceptadas, respuestas afirmativas, agradecimientos y felicitaciones.

Patrocinios denegados, invitaciones y quejas rechazadas, respuestas negativas, infracciones e incumplimientos.

Peticiones, promoción de productos y servicios, invitaciones personales, venta, publicidad.

Estructura

1. Informe central.

2. Circunstancias y detalles.

3. Felicitaciones y cierre agradecido.

1. Mención del tema.

2. Exposición de circunstancias, justificaciones y argumentos.

3. Información central.

4. Cierre positivo.

1. Introducción-cebo.

2. Información central: ventajas, utilidades, argumentos.

3. Invitación a la acción.

Comentarios

* Mantener el tono correcto.

* Evitar el paternalismo y la prepotencia.

* Mantener el tono educado y formal.

* No hacer reprobaciones.

* Evitar el tono crítico, la ironía encubierta o el sarcasmo.

* Adoptar el punto de vista del lector.

* Buscar concreción.

* Ser breve y limitar la información.

* No exagerar ni confundir.

Preguntas para revisar un escrito

Las instrucciones no pueden ser más simples, conteste lo siguiente antes de entregar su escrito:

1. Enfoque del escrito:

¿El tipo de texto es adecuado a la situación?

¿Consigue el texto mi propósito? ¿Queda claro lo que pretendo?

¿Reaccionará el lector tal como espero, al leer el texto?

¿Quedan claras las circunstancias que motivan al escrito?

2. Ideas e información:

¿Hay información suficiente?

¿Entiendo todo lo que se dice? ¿Lo entenderá el lector? ¿Las ideas son lo bastante claras?

¿Hay un buen equilibrio entre teoría y práctica, tesis y argumentos, gráficos y explicación, datos y comentarios, información y opinión?

3. Estructura:

¿Está bastante clara para que ayude al lector a entender mejor el mensaje? ¿Adopta su punto de vista?

¿Los datos están bien agrupados en apartados?

¿La información relevante ocupa las posiciones importantes, al principio de texto, de los apartados o de los párrafos?

4. Párrafos:

¿Cada párrafo trata de un subtema o aspecto distinto?

¿Tienen la extensión adecuada? ¿No son demasiado extensos? ¿Hay algún párrafo-frase?

¿Tiene cada uno una frase temática o tesis que anuncie el tema?

¿Están bien marcados visualmente en la página?

5. Frases:

¿Hay muchas frases negativas, pasivas o demasiado largas?

¿Son variadas: de extensión, orden, modalidad, estilo?

¿Llevan la información importante al principio?

¿He detectado un tic de redacción?

¿Hay abuso de incisos o subordinadas muy largas?

6. Palabras:

¿He encontrado algún comodín, cliché, muletilla o repetición frecuente?

¿Hay muchas palabras abstractas o complejas? ¿He utilizado el léxico o terminología precisos?

¿Utilizo los marcadores textuales de manera adecuada?

¿El lector entenderá todas las palabras que aparecen en el texto?

7. Puntuación:

¿He repasado todos los signos? ¿Están bien situados?

¿Es apropiada la proporción de signos por frase?

¿Hay paréntesis innecesarios?

8. Nivel de formalidad:

¿Es adecuada la imagen que el texto ofrece de mí?

¿El escrito se dirige al lector con el tratamiento adecuado? ¿Tú o usted?

¿Hay alguna expresión o palabra informal o demasiado vulgar?

¿Se me ha escapado alguna expresión rebuscada, extraña o excesivamente compleja?

¿Hay alguna expresión sexista o irrespetuosa?

9. Nivel de formalidad:

¿El texto atrae el interés del lector?

¿La prosa tiene un tono enérgico?

¿Hay introducción, resumen o recapitulación? ¿Son necesarios?

¿Puedo usar un recurso de comparación, ejemplos, preguntas retóricas, frases hechas, etc.?

10. Presentación

¿Cada página es variada, distinta y atractiva?

¿Utilizo las cursivas, las negritas y las mayúsculas de manera racional?

¿Son claros los esquemas, los gráficos, las columnas?

¿Los márgenes, los títulos y los párrafos están bien marcados?

¿El texto da lo que el título promete?

Para los alumnos, sobre la corrección

El maestro siempre corregirá personalmente tus escritos. A veces lo hará él, a veces tú mismo, a veces otro compañero. Piensa que no todos los trabajos tienen los mismos objetivos y que no hay tiempo para corregir todo lo que escribes.

No esperes que el maestro te corrija todos los errores de cada texto. Es difícil aprender todas las incorrecciones a la vez. El maestro decidirá los errores más importantes de cada trabajo y los que tienes que estudiar.

Fíjate atentamente en las correcciones y los comentarios del maestro. Puedes aprender mucho de los errores que hayas hecho. Si hay alguno que no entiendas, no dudes en preguntárselo. En clase habrá tiempo para hacerlo.

Con frecuencia, el maestro te marcará las faltas que hayas hecho y te pedirá que pruebes a corregirlas tú mismo. Otras veces te dará alguna instrucción para rehacer el texto. Hazlo sin demora. Piensa que los buenos escritores suelen revisar y rehacer sus escritos varias veces.

El maestro empleará un sistema especial de signos para marcar los errores de tus escritos. Te dará una fotocopia con todos los símbolos y sus significados. Tal vez al principio sea difícil recordarlos, pero después descubrirás que son prácticos y útiles.

Cuando los trabajos se hagan en clase, el maestro irá pasando por las mesas y hablará con cada uno por separado. Aprovecha este momento para hablar con él. Pregúntale las dudas que tengas. Piensa que puedes preguntarle cosas que no se hayan visto en clase.

Alguna vez tendrás que corregir los escritos de otro compañero. Es un ejercicio útil para aprender a reconocer los errores de un texto. También te puede ayudar a mejorar tus propios escritos. Recuerda que también puedes aprender mucho de tus compañeros.

Utiliza los libros de consulta del aula: diccionarios, gramáticas, libros de verbos… El profesor te enseñará a utilizarlos. Con la ayuda de estos libros tú mismo puedes solucionarte muchas dudas.

Cassany Daniel. Reparar la escritura. Didáctica de la corrección de lo escrito. Barcelona: Grao, 2004 [1993] (Biblioteca de Aula, 108) p. 125

CUESTIONARIO SOBRE CORRECCIÓN

CUESTIONARIO SOBRE CORRECCIÓN

1. ¿Qué quieres que corrija el profesor en tus redacciones? De los siguientes puntos, marca los que creas que tenga que corregir. Además, añade los que consideres necesarios:

 Ortografía  Originalidad del texto  Barbarismos

 Caligrafía  Gramática  Puntuación

 Estructura del texto  Coherencia y estructura Presentación limpia

Ideas claras  Palabras imprecisas

________________ ________________ ________________

2. ¿Qué quieres que haga el profesor con tus errores? Marca una de las posibilidades de cada grupo.

2.1. -Que sólo marque los errores cometidos 

-Que apunte la solución correcta 

-Que me dé una explicación al respecto 

2.2. -Que ponga una nota.

-Que valore el texto con adjetivos. 

-Que apunte consejos para revisar el escrito. 

3. ¿Qué hago normalmente con las correcciones del profesor? ¿Y qué tendría que hacer? Marca una de las posibilidades de cada grupo.

3.1. ¿Qué hago?

 Nada

 Las leo

 Apunto las faltas en una lista

 ________________________.

3.2. ¿Qué tendría que hacer?

 Hacer una lista de faltas.

 Continuar igual.

 Reescribir el texto.

4. ¿Cómo quieres las correcciones?

4.1. -Pocas 

-Abundantes 

4.2. -Orales 

-Escritas 

4.3. -Públicas 

-Confidenciales 

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